domingo, 27 de septiembre de 2009

Love At First Sight...

Las luces se apagaron, la multitud, mi amiga y yo incluidas, gritabamos a voces 'KEANE KEANE KEANE' repetidas veces, a modo de canto, para expresar de alguna manera la emoción que nos invadía en ese momento, y yo aún confundida por mi repentino interés hacia esa banda que había conocido hacía tan solo unos días atrás. Dirigí mi mirada hacia frente mio, donde bajo el escenario a unos cuantos largos metros de distancia divicé a tres altas figuras que estaban al pie de una escalera, que supuse conduciría al escenario. '¡Son ellos!', le comenté a mi amiga. Luego una de las figuras desapareció de mi campo visual y una melodía de piano empezó a resonar en todo el estadio. Miré al escenario y un hombre alto, de pelo negro estaba sacandole notas al teclado. Estaba confundida, por un momento creí que tan solo era un técnico del lugar que estaba probando el sonido... pero la música sonaba demasiado perfecta como para que fuera producida tan solo por un técnico de teclados... No, tenía que ser el pianista oficial de la banda, pero me parecía extraño, ya que si bien es cierto que no había concurrido a muchos conciertos hasta ese momento, sabía que lo más normal era que la banda se presentara en el escenario simultanamente, y no primero el pianista tocando un solo. Todos estos pensamientos que revolotearon en mi mente se desarrollaron durante tan solo unos poquísimos minutos, para cuando me quise dar cuenta, alguien entraba corriendo al escenario, con un micrófono en la mano. Su rostro me sonó familiar, lo había visto en fotos antes, por supuesto. Pero se veía diferente... Era un hombre alto, esbelto, con vestimenta de color negro, el cabello dorado y mucho más corto a comparación de como lo tenía en las fotos que yo había visto, y unos ojos miel de los más cautivantes y maravillosos. También se veía mucho más delgado que antes, pero aún así, conservaba sus razgos aniñados, y las mejillas rosadas y regordetas que tanto me habían llamado la atención la primera vez que lo viera en fotos. El verlo salir con esa fuerza al escenario, me cautivó por completo. El primer impacto al verlo, esa sonrisa reluciente dibujada en sus labios, la sensación que me causó verlo así, tan cambiado pero a la vez, por alguna razón que no me podía explicar, resultandome tan familiar, todo eso me hizo sentir una extraña presión en mi pecho, y en mi garganta se me formó un nudo que dificilmente me dejaba respirar, sumado a la gente que se atumultaba detrás mio y me aplastaba contra la valla. Pero no sentía dolor, no sentía nada más que esa sensación totalmente nueva para mí, me tomé el rostro con las manos, sin dejar de mirarlo ni por un segundo, voltée para mirar a mi amiga, y exclamé: ¡LO AMO!. Acto seguido, las lágrimas inundaron mi rostro. Comenzó cantando una canción que, si bien la había escuchado días antes, aún no me había aprendiendo su letra, así que me limité a disfrutar de su actuación. La voz que emanaba de su boca era algo de lo más armonioso y angelical que había escuchado jamás. Me había hipnotizado de tal forma que creí que nunca saldría de ese estado de sopor en el que me había sometido con tan solo una canción. Disfruté todas y cada una de sus canciones, disfrutando cada sonido, cada nota musical, y cada letra, las cuales ingresaban en mis oídos endulzándolos cada vez más. Estaba segura: esa banda británica estaba dando el mejor concierto de mi vida. La felicidad brotaba por mis poros, mis lágrimas habían cesado y ahora me limitaba a tararear casi a gritos las canciones que nos iban presentando. Cuando empezaron a sonar los primeros acordes de 'Everybody's Changing' todo se fue al demonio. Sentí una presión en el pecho que nada se debía a la avalancha de personas que me apretujaban contra la valla, sino al torbellino de sensaciones que esa canción despertaba en mí. Sin poder evitarlo, volví a cubrir mi rostro con las manos, y comencé a llorar de tal manera que sentí morir. No era tristeza, no era dolor... no sé que era, ¿emoción tal vez?. Con un hilo de voz, y las lágrimas inundando mis ojos canté a gritos toda la canción. La gente seguía arrinconandome contra la valla, mi pecho estaba siendo comprimido de tal manera que la voz no lograba salir con facilidad de mis cuerdas vocales, ya que me estaba quedando sin aire. La emoción, la presión, y el llanto, todo eso combinado era demasiado para mí, pero lo pude soportar. Mi mirada estaba clavada en ese hombre que estaba a tan solo unos metros de distancia, cantando de la manera más dulce y emotiva que había visto jamás. No me importaba la carencia de oxígeno que me invadía, no me importaba que por más fuerte que gritara mi voz no salía con la suficiente potencia, tan solo estaba disfrutando del show, y de aquel hombre británico que me había impactado desde el momento en que había puesto un pié sobre el escenario. No podía detener mi llanto, no podía ocultar mi sonrisa, no podía parar de cantar por más que tan solo saliera aire de mi boca, ya que mi voz estaba atascada entre mi pecho y la valla. Mi corazón, ya de por sí acelerado, se desbocaba cada vez que Thomas Chaplin, quien corría a un lado a otro del escenario, se detenía finalmente a cantar algunas lineas de sus canciones justo en frente del lugar donde yo me encontraba. Estiraba mis brazos en un vano intento por alcanzarlo, pero todo lo que lograba tocar era aire. Aire que a mi me faltaba, aire que en esos momentos él también respiraba, aire que de alguna manera estabamos compartiendo. Él y yo. Ese inglés que hasta hacía unas semanas era un completo extraño, pero que ese día me había quitado el aliento. El show continuaba y mi felicidad hablaba por mí. Entre canción y canción las únicas palabras que mi boca formulaba eran: 'LO AMO', lo repetía incansables veces, sin pensarlo, tan solo brotaban por mis labios, se escapaban desde lo más profundo de mi aplastado pecho. Sentía necesidad de expresar toda esa revolución de sensaciones que se habían apoderado de mí y la unica forma que encontraba para hacerlo era repitiendo esas dos palabras incontadas veces. Por momentos me quedaba mirándolo olvidando todo lo demás, de dónde estaba, con quién y para qué. Tan solo lo inspeccionaba, de arriba a abajo.. contemplaba su rostro, sus finos labios, su repingada nariz, sus facciones perfectas... Ese hombre sin dudas me había volado los sesos! Me tenía completamente loca. En un determinado momento del concierto, ví que estaba bajando las escalinatas del escenario, dirigiéndose hacia donde yo me encontraba: iba a acercarse a nosotros. Comenzó a cantar desde abajo tocando las manos de las personas que estaban frente a la valla, y mientras yo lo veía acercarse, con el corazón saliéndose de mi pecho, necesitaba tocarlo, necesitaba sentir su piel... Pero justo cuando estabamos a tan solo tres personas de distancia, dio media vuelta y volvió a subir al escenario. Maldije a los gritos a mi maldita mala suerte, pero todo pensamiento amargo se evaporó cuando volví a concentrarme en él y en la hermosa música que estaba sonando. Finalmente llegó la última canción, y Thomas Chaplin se despidió diciendo en un español de lo más atropellado, pero aún así, sumamente dulce: 'Nos vemos prrronto Buenos Aires'. Con una amplia y satisfecha sonrisa se retiró, y las luces del estadio comenzaron a encenderse. El show había terminado, no así todas las sensaciones que ese hombre británico con razgos aniñados había despertado en mi esa noche....

No hay comentarios:

Publicar un comentario